Hoy os vengo a hablar de un proyecto
relacionado con el Patrimonio cultural de la ciudad de Ávila*. Como ya comentamos
al principio, es una ciudad histórica con una gran cantidad de elementos
patrimoniales a destacar (palacios renacentistas, murallas, edificios
religiosos…), muchos de ellos declarados BIC (Bien de Interés Cultural), esto
hace que en 1985 la UNESCO declare a Ávila como Ciudad Patrimonio de la
Humanidad (desde luego no es una condecoración banal). Muchos de estos edificios
se encuentran localizados en el casco antiguo y por ende dentro de zona
amurallada o en los arrabales más cercanos (con el tiempo, la ciudad se fue
expandiendo hasta dar lugar al aspecto actual).
"Se entiende como, todos aquellos elementos materiales e
inmateriales del pasado que hemos heredado y hemos decidido proteger".
Pues bien, una vez soltada la
chapa inicial, aquí viene lo interesante. ¿ Y estos edificios viejos que se
caen a pedazos merecen ser conservados? Son parte de nuestra historia y para
evitar que se deterioren hay que realizar lo que se llama una INTEGRACIÓN
URBANA (vamos, que tienen que encajar en la ciudad actual, no pueden ser momias
aisladas); es entonces cuando muchos de estos palacios y edificios antiguos se restauran y se reconvierten en sedes de museos, centros de administración u
hoteles de lujo. Es una forma de proteger el edificio, bastante eficaz por
cierto.
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En esa idea de protección, surgen
siempre propuestas novedosas, actualmente con las nuevas tecnologías, este aspecto
se ha revolucionado de forma rapidísima. En el caso de las ciudades que como
Ávila tienen mucho patrimonio y deben convivir con él como puede ser Toledo, la
necesidad de protección es más que evidente, así que, han ido realizando
mejoras en este aspecto. Así es como surge le proyecto SHCity (Smart Heritage
City).
¿En qué consiste el proyecto SHCity?
Esta idea surge en 2016 y dura hasta 2018. Un grupo de expertos liderados por la fundación Santa María la Real (la cual también se encarga de otros proyectos en Ávila), se proponen buscar una solución tecnológica para gestionar, conservar y dinamizar varios espacios dentro del casco antiguo de la ciudad por medio de la monitorización de los mismos con la intención de prevenir futuros daños con el uso de la tecnología más puntera del momento. Es un proyecto internacional, varios de los miembros que colaboran son franceses y portugueses. Fue PIONERO EN EL MUNDO, y aunque tenía base en proyectos anteriores, era la primera vez que se realizaba a esta escala.
Se plantea la colocación de más de dos centerares de sensores que miden diferentes variables (CO2, tráfico, personas, humedad, temperatura...) cada uno aporta unos datos muy concretos que se guardan en una nube colaborativa (en Internet) donde se procesan y en base a estos, se toman las decisiones necesarias de prevención y conservación de estos espacios.
¿Qué resultados obtiene y qué restos quedan en la actualidad?
Fueron muy positivos, los datos que aportaron estos aparatos permitieron realizar una aplicación con datos para los turistas y para los propios gestores del proyecto; además aunque terminó, muchas de las iniciativas que han surgido para proteger el patrimonio en la ciudad e incluso en otros lugares del mundo con posterioridad tienen su base en este, como por ejemplo en Florencia, Venecia, Atenas.... (En el caso de la muralla de Ávila, aunque es un proyecto diferente también gestionado por la Fundación Santa María la Real, se observan la clara relación). Hay que destacar la intención de replicar en un futuro cercano el SHCity en Cartagena de Índias-Colombia.
En 2018, fue nominado a los premios europeos ILUCIDARE, convocados por la Comisión europea y Europa Nostra, que reconoce el valor de proyectos sobresalientes en el ámbito del patrimonio.
Hoy podemos observar que todavía quedan algunos edificios o espacios de la ciudad, con sensores o elementos del SHCity; la mayoría están desactivados (les dio pereza quitarlos), pero sin embargo, hay un lugar donde SI continúan en funcionamiento: El Palacio de Superunda o "Palacio Caprotti".
Hay que reconocer, que este proyecto marcó un antes y un después en la forma que tenemos de ver, interpretar y proteger el patrimonio cultural actualmente a nivel local, nacional e internacional.
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